La belleza humana más intensa y pura que conozco hasta este momento de mi vida, es la de la mirada interrogante, hambrienta de conocimiento, deslumbrada, excitada, convulsa y serena, desinteresada o mejor dicho muy interesada: interesada en el más noble interés que una persona puede anhelar: el de conocer, el de aprender, el de saber más, el de ser mejor; esa mirada enojada y agradecida, y sobre todo: aquella mirada sincera del alumno que simplemente quiere Crecer y nada más y nada menos que eso lo mueve.
Soy muy feliz de poder dedicar una parte importante de mi vida a contemplar, todos los lunes y jueves, aquellas miradas.
Gracias.
Soy muy feliz de poder dedicar una parte importante de mi vida a contemplar, todos los lunes y jueves, aquellas miradas.
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