Ultimo post por hoy, o por lo menos por el momento. Hay que seguir trabajando.
No quiero dejar pasar la mención al alucinante recital de Radiohead en el Club Ciudad de Buenos Aires el pasado martes 24 de marzo.
Algo único, realmente. Todo lo que esta banda te puede transmitir escuchando bien fuerte cualquiera de sus discos, se intensificó exponencialmente en este concierto. Los temas, interpretados igual a los discos de estudio, pero con esa fuerza, esa potencia, esa locura del vivo.
La mejor banda, lejos... y aunque sé que esto es relativo y difícil de afirmar por la enorme variedad de música buena que existe, y las tendencias tan personales en el escuchar según los distintos momentos que uno pasa, debo decir que pocos logran llegar a mi de esta forma.
Fueron dos horas de una intensidad absoluta y constante. Introspectivo, profundo.
La voz de Yorke... desgarradora, acompañada por esos sonidos bajo mi punto de vista melancólicos, con momentos de desborde y explosión, pero que nunca dejan de ser melancólicos, desde la tristeza, desde la profundidad, desde lo mas adentro de cada uno de los integrantes de Radiohead.
Y eso se sintió. Viví mas de la mitad del recital con los ojos cerrados, sufriendo con sus canciones, dejándome llevar... Me fuí, sinceramente, estaba ido.
Jamás había imaginado que la música podía hacerme llegar a ese clímax.
Quiero recomendar mucho Radiohead. Cualquiera de sus discos.
No quiero dejar pasar la mención al alucinante recital de Radiohead en el Club Ciudad de Buenos Aires el pasado martes 24 de marzo.
Algo único, realmente. Todo lo que esta banda te puede transmitir escuchando bien fuerte cualquiera de sus discos, se intensificó exponencialmente en este concierto. Los temas, interpretados igual a los discos de estudio, pero con esa fuerza, esa potencia, esa locura del vivo.
La mejor banda, lejos... y aunque sé que esto es relativo y difícil de afirmar por la enorme variedad de música buena que existe, y las tendencias tan personales en el escuchar según los distintos momentos que uno pasa, debo decir que pocos logran llegar a mi de esta forma.
Fueron dos horas de una intensidad absoluta y constante. Introspectivo, profundo.
La voz de Yorke... desgarradora, acompañada por esos sonidos bajo mi punto de vista melancólicos, con momentos de desborde y explosión, pero que nunca dejan de ser melancólicos, desde la tristeza, desde la profundidad, desde lo mas adentro de cada uno de los integrantes de Radiohead.
Y eso se sintió. Viví mas de la mitad del recital con los ojos cerrados, sufriendo con sus canciones, dejándome llevar... Me fuí, sinceramente, estaba ido.
Jamás había imaginado que la música podía hacerme llegar a ese clímax.
Quiero recomendar mucho Radiohead. Cualquiera de sus discos.
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