miércoles, 10 de junio de 2009

Argentina 2050

Miró el reloj una, dos, tres veces y pensó: recordá este día, esta hora: por fin ha sucedido…

No entendía mucho, pero aquella primaveral mañana de julio no solo lo sorprendía por la inédita temperatura para esa fecha del año. Había algo mas… indescifrable pensó… Sí, es algo que puedo percibir pero no puedo explicar… ¿qué está sucediendo a mi alrededor?
Primero pensó que había llegado el día en que finalmente el petróleo se había acabado, pero cuando vió los aviones a lo lejos en el cielo, corroboró que esa posibilidad era inexacta… Qué extraño... ¿por qué tan pocos autos en la Lugones? – se preguntó.
Había algo extraño en el tráfico además: misteriosamente, todos los autos iban ordenados según el carril que correspondía a cada uno; así, el carril izquierdo no era transitado: solo se usaba para traspasos, los autos que iban por el carril lento increíblemente respetaban la velocidad mínima permitida. Comenzaba a sentir desesperación al no encontrar ningún auto encimando a otro, haciéndole luces, personas insultándose. Ya sé, será que están asustados porque pusieron cámaras nuevas en toda la autopista se le ocurrió.
Instantáneamente, vió un cartel que decía: “argentinos, hemos eliminado las cámaras y los peajes, su seguridad al volante depende de Usted, su seguridad en el camino, la garantizamos nosotros”. Firmado por el Gobierno de la Nación.
Sorprendido, lo primero que atinó a hacer fue sonreír y lanzar un breve insulto de descreimiento: estos… siempre lo mismo. Pero cada vez había menos autos y comenzó a asustarse en serio.
Decidió estacionar su automóvil, y previendo la dificultad de encontrar un lugar para dejar el auto sin tener que dejar medio sueldo o medio coche, comenzó a hacerse mala sangre. Fue entonces que escuchó por la radio: “Hemos habilitado cinco nuevos centros de transferencia para que Usted estacione su automóvil y acceda al centro de la ciudad de Buenos Aires sirviéndose del transporte público que logramos mejorar reinvirtiendo los altos impuestos que le cobramos. Ellos también serán reducidos.” Anonadado, intrigado, quiso conocer esas nuevas infraestructuras tan promocionadas por las radios, puso el guiño, se acercó al carril derecho y salió de la autopista rumbo al centro de transferencia n4.
Se le ocurrió que si tanta propaganda le hacían a esos centros en aquella radio, seguramente significaba que ellos eran los dueños de los mismos: pensaba que cada vez más, Clarín era el dueño de la Argentina. Entre otras cosas, le había comprado a Elsztain sus campos, IRSA, los shoppings y a Repsol, YPF. Sí, Clarín era, pensaba él, el dueño del país, podría decirse. Al nuevo presidente lo había designado el grupo Clarín tras el último golpe de estado (mediático, no militar) y claro, la oposición dejó de existir paulatinamente, por no poder tener acceso a los medios de difusión (Clarín había también monopolizado el acceso a Internet y como en Cuba o China, el gobierno limitaba el acceso a ciertos sitios web).
Desconsolado y pensando: es otro negociado mas de y para unos pocos, manipulando las necesidades y los bienes de todos (para él, la ciudad era de todos), entró al centro de trasbordo. No podía creerlo: los pisos brillaban, no había ni un papel en el suelo y los cuatro jóvenes que ingresaron apresurados antes que el al edificio, pidieron permiso y por favor. Se tomó el nuevo subterráneo que unía el centro de trasbordo de Ciudad Universitaria con la ciudad de La Plata, con escalas en Retiro, Constitución y Quilmes, y demoraba 35 minutos en todo su recorrido.
Absolutamente desconcertado, fue que tuvo la siguiente conversación, que resultaría más que esclarecedora en esa realidad inédita, con una jubilada que estaba sentada junto a él:
-Señora yo no entiendo… o mejor dicho si entiendo, y mucho… ¿estos de Clarín no les alcanzó con monopolizar todos los medios y estar en el gobierno, que ahora se adueñan y construyen nuevas infraestructuras?¿Que más van a querer?
-Disculpe señor –respondía la anciana-, pero ¿no ha leído usted últimamente las noticias? ¿No ha visto televisión?
-Señora, desde hace muchos años, cuando Tinelli se convirtió en el puntero político por antonomasia con su “gran cuñado”, y comenzó el proceso de Clarín de adueñarse de todos los medios y monopolizar la opinión pública, me aislé de todo: sólo leo libros y veo buenas películas.
-Ah, eso explica un poco mas su incomprensión… ¿Es que no se ha enterado que desde el mes pasado existe una nueva ley por la cual cada emisora de radio, cada canal de televisión y cada medio gráfico debe remitirse a su especificidad, y que se prohíben los llamados multimedios así como las fusiones entre ellos?
-Realmente no había oído nada – argumentó él. Entonces señora, disculpe mi ignorancia pero, ¿el gobierno de Clarín, cómo se sostiene en el poder sin contar con el control de la opinión pública?
(El tren estaba arribando a Quilmes y la señora debía bajar, tomar su bicicleta que había dejado en la estación, y dirigirse al nuevo centro de jubilados donde hoy cobraba su nueva jubilación, que le permitía comer, comprar sus medicamentos y ahorrar una platita por mes para poder viajar una vez por año con sus amigas a conocer distintos lugares del país). –Tome señor, le dejo esto, quizás es más fácil si lo lee en el trayecto que de aquí a su casa le queda, entender que está sucediendo… lo noto algo desconcertado.
La jubilada bajó y él, que cada vez entendía menos, veía cómo las personas que subían en el ex ferrocarril Roca (ahora llamado Ferrocarril Nacional Túpac Amaru) para hacer el tramo Quilmes – La Plata (con conexiones a 25 pueblos entre La Plata y el partido de la costa), dejaban sus maletas en un cuarto de maletas abierto… ¿ésto es Argentina? Pensó… y se decidió a leer lo que le habían entregado.
Argentina 2050: hacernos cargo de nuestro destino de grandeza.
(No sabía, con ese título, si reír o si temer: lo primero que se le ocurrió es que vendría de alguno de esos partidos nacionalistas neonazis, desconocía que habían dejado de existir). Continuó:
Argentina 2050: hacernos cargo de nuestro destino de grandeza.
Cuando usted esté leyendo este manifiesto, estará disfrutando ya de los primeros frutos que comienza a dar un trabajo de más de medio siglo que venimos haciendo desde abajo, con pocos medios pero con mucha capacidad, inteligencia, y amor por los otros y por nuestro bendito país. Queremos comunicarle brevemente quiénes somos, qué hicimos y qué pretendemos.
Somos una agrupación de varios millones de personas que, cansados de los Kirchner, de los Macri, de los Videla, de los Menem, de los de Narvaez y Duhalde, de Tinelli, de Moria, de Nacha, de Rial, de DeAngeli, del partido Comunista que llama a no votar, de los anarquistas, de los jueces corruptos, y de todos esos personajes nefastos que en el nombre de nuestra amada Patria se han enriquecido y usufructuado para sí mismos la confianza en ellos depositada por toda la ciudadanía, decidió comenzar a actuar a pequeña escala, con la noción de que los cambios estructurales solo se producen a largo plazo, y que muchos de nosotros no viviría para ver a nuestro país por fin, florecer. Decidimos oponernos a este sistema perverso bajo el cual vivíamos en este punto: creímos en la solidaridad y en el brindarse absolutamente al otro, en épocas en que el egoísmo resultaba cada vez la cualidad más común entre las personas.
Pensamos que la Justicia y la Educación son los dos pilares en los que toda sociedad debe sostenerse para convivir en paz y en igualdad de condiciones.
No podíamos modificar el sistema sustancialmente, no teníamos el poderm quien lo tuviese... Así es que, aunque con cierta desazón, comenzamos a insertarnos en la realidad de las grandes masas de personas de nuestro país: conocimos la miseria, la pobreza, en toda su expresión. Testificamos cómo personas que no tienen casi para comer, son la base de toda asociación política que intenta perpetuarse en el Poder. Vimos cómo los punteros los llevaban a votar en las provincias, a otros cómo les compraban el voto, y nos dimos cuenta que era ahí desde donde teníamos que comenzar a actuar: nos sumergimos en esas realidades con un fuerte objetivo principal: educar a la gente, enseñarles a pensar, a hacerse valer como individuo, en sus derechos y obligaciones…
Mientras tanto leía, atónito, no podía creer lo que encontraba en esas líneas, y al levantar la vista, se vislumbraba con lo que veía a su alrededor: construcción tras construcción: estaban haciendo escuelas, fábricas, redes nuevas de cloaca y plantas de energía. La Argentina volvía a fabricar aviones; la industria pesada resurgía: había que fabricar los trenes que habrían de cubrir los nuevos miles de kilómetros de rutas que conectaban a casi todos los pueblos del país, llegando a Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay. Continuaba:
…Costó, no podemos negarlo. Muchas veces sentíamos que la imposibilidad de concretar algo era tan remota que estuvimos por bajar los brazos. Pero luego pensábamos que las grandes cosas, al igual que los grandes hombres, se hacen de acciones pequeñas, y en ese sentido, creímos que con que una sola persona pudiera pensar libremente, por sí misma, estaríamos cambiando el mundo, y así, revalidando el concepto de Democracia.
¿Es que lo que hasta hoy llamamos Democracia, es tal? ¿Hasta qué punto se puede elegir? ¿Cuántos pueden elegir? ¿Quiénes pueden elegir?
Brevemente queremos comunicarle al lector los sucesos que acontecieron posteriormente:
Tras varias décadas de arduo trabajo, creamos un Partido político. Nos presentamos a elecciones, dándonos a conocer previamente, en los círculos de potenciales electores. Casi de un día para el otro, la clase media en su mayoría nos apoyaba: aquella clase media argentina que siempre soñó con un país mejor y más justo nos votó, aquella que nunca dejó de pretender emular a los dueños del poder, o llegar a ser parte de ellos, nos hizo la contra desde sus bunkers electorales en Punta del Este y Miami.
Pero la Argentina es una gran Nación, hecha de grandes personas, y así fue como vencimos: por primera vez en la historia, un 80% de los habitantes de estas tierras estuvimos de acuerdo en que había que hacerse cargo de nuestro destino de grandeza. Y allí comenzó la acción.
Convocamos a un gobierno de unidad y decidimos reestructurar los Poderes del Estado, abriéndolos al pueblo y haciendo que cada uno de los 45 millones que ya somos de argentinos, tenga una participación semanal asegurada en la toma de decisiones. Hoy, no existe casi persona que no tenga una vida política-institucional activa.
Fueron presos todos los políticos cuyo patrimonio se enriqueció ilícitamente durante sus funciones en el Estado. Fueron destituídos los legisladores que no tenían preparación para semejante tarea. Videla fue trasladado a una cárcel común y corriente junto a Menem y todos los nombrados anteriormente. Tinelli volvió a hacer “Deportes en el Recuerdo”, en el único canal que puede transmitirlo por la nueva ley. Aprobamos secretarías comunales donde los vecinos crearon estructuras de acción democrática que consiguieron, entre otras cosas, aprobar el Plan Urbano Ambiental, y de este modo sumado a la inversión directa por redistribución de ingresos del Estado en nuevos centros de trasbordo y transporte público, solucionar los problemas estructurales de circulación de la ciudad y el país. El sur de la ciudad hoy es igualmente codiciado que el norte, y los habitantes de la ex Villa 31 se juntan a jugar al ajedrez con sus vecinos de la avenida Figueroa Alcorta.
El suelo urbano ya no es más propiedad privada sino que es pública: el suelo es de todos y se concesiona; con las ganancias, se invierte en infraestructura para todo el territorio.
Los grandes pooles extranjeros dueños del 80% de la producción agropecuaria del país fueron indemnizados y expulsados de suelo argentino: hoy, como debió haber sido siempre, los campos son nuestros, la soja es nuestra, las vacas son nuestras, el suelo urbano es nuestro, el petróleo es nuestro: de esta forma, no volveremos a sentir ni ser amenazados con desabastecimiento. No tenemos más inflación, y así es que los capitales extranjeros comenzaron a fijarse en nuestro país como un excelente mercado de inversión por la estabilidad y rentabilidad ofrecidos: el dinero inyectado desde afuera da trabajo a los argentinos y las ganancias son reinvertidas en el país.
Nuestros próximos pasos: mayor presupuesto y protagonismo de la Universidad pública en la sociedad, construcción de nuevos centros de salud, y a nivel regional, seguir siendo líderes en impulsar la unión latinoamericana.
No pudo dejar de pensar en lo que leyó en las dos semanas próximas a aquel suceso.
Y mientras veía a Argentina Campeón del mundo de fútbol por tercera vez tras más de setenta años y escuchaba a los nuevos dirigentes decir: “tenemos a los mejores jugadores del mundo, era tan sencillo como limpiar, hacer transparente la AFA”, pensó que esa realidad inconcebible para él en un país como el nuestro, no había sido algo de un día para el otro, sino que tal como la señora del tren le había comentado y enseñado en el panfleto, existían redes y procesos de resistencia que de a poco habían estado gestando la revolución, que por fin permitiría a los argentinos vivir como se merecen en su bendita tierra.
Sólo que él había estado fuera del país los últimos cincuenta años, y en un solo día no podía darse cuenta de semejante proceso, el cual por pensar en su juventud que sería una utopía imposible, hizo que deje el país buscando un mejor porvenir.
Cincuenta años más tarde se dió cuenta de la real dimensión de su decisión de jóven: no había vivido la construcción de su país, de su querida Argentina, por no creer en el real valor de las utopías, y por rendirse demasiado pronto…

1 comentario:

Anónimo dijo...

El otro dia cuando lei por primera vez tu blog y deje algun comentario me pregunte como seria leer algo escrito por este muchachio literariamente, o sea bajar todo eso q tenes para decir a una historia particular, de alguien particular. Y ahora entro y leo esto. Para ser sinero (me es imposible no serlo), no me gusto.Me gustria explucarte por que pero se me hace largo por aca, pero me parece buena la idea. Quisiera leer otros...
Damian.