miércoles, 29 de diciembre de 2010

Una reflexión de fin de año

(para fg)

Cualquiera sea la función de un hombre en esta tierra, este hombre, tan solo existiendo, está modificando la realidad.
A mayor comprensión de la realidad en la que se opera, mas consciente se es de todo lo que conlleva una acción. Esto significa que a mayor capacidad de comprender el medio, de mayor eficacia o precisión resultarán las acciones efectuadas sobre el mismo.
Quien no entiende como funcionan las cosas, mal podrá hacer críticamente, o conscientemente.
Aquel que no hace críticamente es quien no se pregunta qué es lo que hace, para qué lo hace, porqué lo hace.
Quien desconoce todo aquello es un ser alienado.
Un ser alienado es un ser conquistado. Dominado en su subjetividad. Pensado por otro. Un ser alienado no es libre. Aunque no se de cuenta, no es él quien toma sus decisiones. Otros deciden por él.
Personas poderosísimas en oficinas a miles de kilómetros deciden en muchos aspectos la vida cotidiana de personas simples, trabajadoras, que la luchan día a día y que tal como funciona este sistema, en muchos de los casos siquiera pueden plantearse la naturaleza de sus decisiones cotidianas.
Esta incapacidad de plantearse y plantarse ante las formas de dominación genera una peligrosa disgregación entre las causas y efectos de la conquista: el ser alienado sufre los efectos de las decisiones que lo afectan y desconoce sus causas, el cómo se generan.
De este modo el ser alienado intenta combatir la realidad que lo aqueja aunque no tiene capacidad de comprenderla. Así encuentra caminos equivocados: los caminos que mas fácilmente se le presentan: como gran ejemplo hoy, las verdades inventadas por los medios de comunicación.
De esta manera, el problema de la inseguridad es el gobierno que no reprime y urge modificar el sistema penitenciario, inclusive discutir la pena capital.
Es imposible, inabarcable sin embargo, bucear hacia la raíz del problema: la marginación que produce el sistema capitalista neoliberal comandado desde Washington y Londres.

Cristina Kirchner es la enemiga por no reprimir. No lo son Carlos Menem, George Bush y el Consenso de Washington que sellaron en manera profundísima la fortuna económica y social de todos los pueblos de Latinoamérica en la pasada década, dejando millones de personas sin trabajo, pauperizando el empleo de muchos otros millones, incrementando las tasas de indigencia, pobreza y criminalidad.
El ser alienado no ve de qué manera el incremento impune de la acumulación capitalista del imperio es a costa de la subordinación y vaciamiento del resto de los países del continente.
No podemos culparlo, puesto que es él sujeto de un proyecto de dominación imperial que lo contenta con culos y estúpidos peleando en tv por la noche, que en vez de incentivar el espíritu reflexivo, los buenos valores de la moral, incentiva lo mas degradante, llegando a los niveles más bajos del ser humano como ser la intromisión morbosa en la intimidad del otro, que encima es inventada.
Nada se puede reprochar a aquel que es el ultimo eslabón de esta cadena: aquel alienado sin el cual todo esto no funciona: aquel que genera con su vida la riqueza de los que mandan, y luego paga con su poco dinero las crisis que los que mas tienen generan.

Pero así funciona el Poder. Así es la condición humana.
Esto resulta de vital importancia para lo que aquí quiero decir.
Comienzo a vislumbrar que ante la dificultad y en muchos casos sinsentido de los juicios entre las personas, hay sin embargo un sentido y necesidad en aquellos que tengan que ver, que refieran a lo que hace a la condición humana.
Con condición humana me refiero a todo aquello que en tanto lo que nos hace seres humanos (cuerpo, mente y alma) nos condiciona o nos limita, haciéndonos iguales.
Y es en este espectro esencial en que somos todos iguales que resulta apropiada la aplicación de un juicio puesto que ante la igualdad la subjetividad no tiene espacio.

Retomando, entonces, digo.
No puedo juzgar a los Estados Unidos de Norteamérica en tanto Poder imperial de dominación. Así es la historia, que está hecha por los hombres. Así son los pueblos, que están hechos de hombres. Así son las naciones, que están hechas de pueblos, que están hechos de hombres.
El poder para sostenerse necesita incrementarse, un poder que se estanca, termina cayendo.
Roma, los mongoles, los turcos otomanos, los ingleses, los estadounidenses. Argentina con los pueblos originarios, el Chaco argentino es una ocupación de tierras que pertenecen al Paraguay.

No se puede juzgar desde la condición humana a los estados imperiales que hicieron, hacen y harán todo lo que está a su alcance y aun más para sostener su Poder.
Los juicios desde la moral luego podrán aplicarse, y es allí donde comienzan los interrogantes y aparecen las justificaciones, los puntos de vista, en fin, las subjetividades.
Según que moral se aplique, según quién la aplique, la conquista será comprendida según distintos tintes y enfoques.
Pero la voluntad de poder es común a los hombres, inherente a la condición humana, propia de aquel espectro donde todos somos iguales del que hablaba.

En el lado opuesto encontramos la más hermosa dignidad del hombre que es la de la resistencia. De la manera que sea, como se pueda, desde donde se efectúe, resistir la dominación, mas aun en tiempos donde el mundo se ha vuelto tan reaccionario y la dominación pareciera ser para siempre, resistir es todo lo que nos queda –ni mas ni menos-.
Resistir la dominación es hoy en día en primera instancia, no permitir ser conquistado en la subjetividad: atreverse a cuestionarse, a pensar por uno mismo, a aceptar la falta de certezas como parte esencial de la vida en este mundo.
Por allí comienza el largo y duro camino de resistir, y claro, como en todas las cosas habrá después un abanico de distintas formas, de mayor y menor grado de compromiso en la resistencia.

Pero finalmente encuentro aquí el sentido del juicio, el sujeto que fundamenta la crítica desde la condición humana convirtiendo al juicio en posibilidad.
Hablo del cipayo, el vende patria, el traidor, el cobarde.
El intermediario. El sustento local del colonialismo. La burguesía nacida en estas tierras que se pone al servicio de la penetración imperialista. Son traidores a sus hermanos, a su Patria.
No son dignos de su condición humana: no son parte de los pueblos que oprimen, son parte los pueblos oprimidos, y sin embargo coadyuvan al opresor, convirtiéndose en hermanos opresores del oprimido.
No es posible penetración de conquista sin el apoyo, el interés, el enorme trabajo solo en pos de sus propios intereses, de los cipayos locales.
Grandes terratenientes, empresarios, presidentes, políticos, ministros, estancieros, militares, quien sea que se rasgue las vestiduras de ser un constructor de la Patria y en los hechos piensa mas en su amor a Paris que en que no muera un solo argentino más de hambre.

Hipócritas infames políticos hoy y en aquel entonces, hipócritas e infames generadores de opinión hoy, aquellos que se rasgaban las vestiduras y aquellos que hoy reivindican, eso de que la Argentina en los años veinte era el granero del mundo y estaba entre los diez mas ricos países. Evidentemente, si la riqueza era para veinte mil personas.
Hoy seremos “más pobres” pero muchos más tienen mucho más derechos. Claro, que le importa eso a una lacra oligárquica y a cualquiera de sus vasallos de La Nación, Clarín y TN, si no son mas que esta categoría de hombres que no son dignos de su condición humana y en lugar de plantarse y resistir del modo que sea, son serviciales al Poder que oprime a sus hermanos y a ellos mismos de la misma manera.

Solo quiero decir a quienes comprenden aquello de que su lugar en el mundo es el de resistir por su dignidad y la de su Patria, sus hermanos, se hagan cargo de su lugar en este mundo, ni mas ni menos, que sean dignos de su condición humana.

¡Feliz 2011!

3 comentarios:

federgarrido dijo...

la verdadera resistencia...se obtiene dividiendo volt sobre amperes.

federgarrido dijo...

..estoy de acuerdo con las premisas desde ya

Anónimo dijo...

Recopilaciones de un periodista en una entrevista con EP y SIGMA X