Es muy distinto tener ganas de no hacer nada, a no tener ganas de hacer nada.
Para alguien que necesita estar haciendo constantemente para vivir, no tener ganas de hacer es angustioso y hasta desesperante. Me pregunto si angustia y desesperación, o angustia y desesperanza generan no tener ganas de nada u ocurre de manera inversa. Quizás es todo parte de lo mismo.
Hay días en que la Vida duele y mucho.
Pero mas allá de estos días que hay que sobrellevar, y que seguro podemos porque así estamos hechos, queda lo otro, todo lo otro: todo aquello que hace que la vida sea tan hermosa. Todo aquello que hace que uno sea feliz, que se enamore de la vida.
El recuerdo. Y el crecer. El ser distinto. Una presencia física ya no existe como tal, pero se convierte automáticamente en Esencia. Todo se transforma; se extingue el cuerpo pero permanece para siempre el espíritu, en las almas de cada una de las personas que tienen la fortuna de que asi sea.
Eso es humanidad. Eso Es el hombre: Amor. El hombre con el hombre, el hombre con otra especie. Poder brindar amor incondicional, y recibirlo es ser Feliz.
Por haber podido compartir mi vida y brindarle todo el amor del que soy capaz, porque en mi vida será siempre El. El único, para siempre. Y por enseñarme nada mas que existiendo que estar vivo es un regalo, que la vida es lo más hermoso y valioso que un hombre puede tener, que la vida está llena de belleza y amor; por todo esto que Pandy significo como presencia y desde hoy significa como esencia, hasta que yo muera, en su nombre, hoy digo: VIVA LA VIDA!
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